domingo, 26 de enero de 2014

Talk Talk (Living in another world) - 1986 / (Happiness is easy) - 1986

Poca gente queda como Mark Hollis, cantante, teclista y compositor de este otrora efímero grupo. Un personaje, que en cuanto tuvo la sartén por el mango (a raíz de los exitazos que consiguió entre 1984 y 1986) se dedicó a hacer lo que le vino en gana con su música, reconvirtiéndola en minimalista a tope y consiguiendo que su discográfica (EMI) se tirara de los pelos por sus temas pocos comerciales. Hubo juicio y toda la pesca, y a raíz de entonces las discográficas incluyen cláusulas para que la música de sus protegidos no les desvirtúen las arcas en demasía.

Si eres un poco talludito, quizá te suene su "Living in another world", con Mark Hollis melena al viento. Este corte pertenece al mejor disco de la banda, Colour of Spring, pero hoy no se acuerda ni Blas de ese grandioso single. Y merece una recuperación.

A partir de aquí, Talk Talk sacó dos únicos discos posteriores, y como digo, enfureció a las discográficas porque, aun siendo valorados bien por la crítica más "estupenda", en mi opinión son experimentos de sonido demasiado intimistas, que pueden agradar a un 0,01% de la población, con lo que volvemos al debate de lo que es una obra de arte. Los estudiosos de esta epistemología sostienen que, para que una producción creativa pueda aspirar a este título, no lo debe marcar una minoría, sino todo lo contrario. O sea, que para que una obra de arte sea tal debe haber suficientes almas al que se les conmuevan las entrañas al contacto con la misma. En la mayoría de los casos el tiempo debe hacer su lenta labor para una correcta y expansiva difusión.
En este caso - ya ha llovido lo suficiente- la música de Talk Talk en sus postrimerías es apta para muy pocos, por lo tanto poco recomendable.

Mark Hollis sacó a la luz en 1998 su único disco en solitario, en donde se le fue la olla definitivamente (hay más silencios que música). Está claro que el sonido Perfecto es el del silencio -en eso estamos contigo querido Mark-, pero para eso es mejor hacerse monje budista. Y, claro, debido a ya los inexistentes aplausos se retiró de la música por siempre jamás.

En fin, perdón por la digresión, pero era necesaria porque es aplicable a cualquier otra entrada de este blog.
Y, sin duda, los dos temas seleccionados merecen estar aquí. Una lástima que no haya muchos más. Seguro que a Mark Hollis no le dio la real gana. Un caso muy curioso de un genio travestido por decisión propia y consciente de lo contrario. A sopesar...
Para el segundo corte - que nunca apareció como single- recomiendo una subida de volumen porque la maravillosa percusión lo merece.



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