martes, 12 de abril de 2016

Led Zeppelin (Good times bad times) - 1968 / (Ramble on) - 1969 / (Since i've been loving you) - 1970 / (I´m gonna crawl) - 1979

Origen: Londres.
Periodo: 1968 - 1980.

Oh Oh!! Led Zeppelin!

Banda británica fundada en 1968 (gran año, por cierto).
Hablamos de Jimmy Page (guitarra experimentaloide. Dicen los instruidos que en cierta ocasión se le vio trasteando con una zanfona), Robert Plant (voz en construcción que nunca acabó de construirse), John Bonham, un borrachín impenitente, hecho que le costó la vida, y de John Paul Jones (bajista y el único miembro quizá "normal").

Grupazo, sí, pero con luces y sombras. Pero con muchas luces y con muchas sombras. Veréis.

Antes de repasar sus discos, os diré que Jimmy Page (alma del grupo) se congratuló en comprar una de las casas más malditas que puedan existir, la de Alesteir Crowley, propiedad llamada "Boleskine House". Para entendernos, es casi como si hubiera adquirido una antigua residencia de Hitler por el mero hecho de vivir allí. Pero, en fin, para gustos los colores. ¿Sí o no?
Yo digo que no. Pero esto forma parte de lo extramusical.

Centrémonos en la música de estos tíos raros (que lo eran). Y bienvenidos sean los tíos raros.

Empezaron con mucha fuerza con su primer disco. Lo digo por su Good times bad times, no por nada más, que no hay nada más.
Pero su segundo disco (para mi gusto el más "Zeppelin") ya atesora varias joyas y puede pasar a la Historia simplemente por este despliegue: What is and what should never be y Thank you. (Certificado y sello, aparte del increíble Ramble on - en selección-).

En su tercer trabajo, otro de los más conseguidos en conjunto, encontramos un primer corte potente, Inmigrant song, uno de mis favoritos de adolescente, pero que hoy me parece desfondado y sin alma.
Mejores son Celebration day y Out on the tiles. Hoy tengo otros oídos, oídos que aúpan a Since i´ve been loving you como uno de los mayores logros del grupo, fusión de rock con soul, con blues y con el aura Zeppelin en su más alta expresión.

Y llegamos al laureado Led Zeppelin IV. ¿Pero qué tenemos en realidad aquí?  Os lo diré: Un álbum de rock and roll sencillo pero muy bien producido. Algo bien hecho pero sin aspavientos, sin sitio para maravillas maravillosas. ¿Y Stairway to heaven? Un mito, como lo de las sirenas. Este tema es un tostón en sus primeros seis minutos, luego viene el solo de Page, muy bueno, pero ya está. Y ni siquiera rellena esos dos minutos finales.
Destacar no obstante The battle of evermore. Tema bastante decente.

Pasemos página.
Houses of the Holy (1973). ¿Y esto qué es, me pregunto?
Yo lo considero un fiasco. Maravilloso arte de la carpeta, firmada por el inefable estudio Hipgnosis. Impactante. Bien. Pero dentro encontramos a un Plant absolutamente amariconado (¿nadie se atreve a decirlo, o qué?), con una producción muy mala, superlativizando los agudos. El resultado es un disco estridente. Se salva quizá The rain song.
The Grunge es un tema lamentable, un quiero y no puedo en ese intento de acercarse al funky, pero mal fusionado con dosis imposibles de étnica. Mala cosa.

En Physical Graffiti (1975) firman un trabajo irregular, relleno de cositas raras como In the light, de tontunas a la guitarra española, de títulos tan absurdos como Bron-Yr-Aur. Encontramos un ridículo encuentro con el country en Down by the seaside o en Ten years gone (aunque esta última no es para tirar a la basura, quizá se merezca una urna a pesar de todo).
Se salva Night Flight, aunque por los pelos. Un blues rock con carencias de autenticidad.
En Boogie with stu escuchamos un rockabilly antiguo. Muy poco Zeppelin.

Y llegamos a Presence (1976), un disco extraño, con producción de la época (muy de ese año), de nuevo con arte de Hipgnosis. Un disco relegado, como suele ocurrir cuando las cosas no marchan como deberían. Pero es aquí donde la banda vuelve a soltarse y logra ser de nuevo auténtica por momentos. Lo demuestran cortes como For you life y Royal Orleans, muy buenos aunque sin llegar a ser brillantes.

Nos situamos en 1978 con su magnífico "In trough the out door". Un trabajo de refinería, perfecto en su producción pero también en su ejecución.  ¿El culmen de Zeppelin? Algo así. Al menos atesora un buen puñado de temas muy atractivos, comenzando por In the Evening, All my love, y siguiendo por South Bound Saurez, que nos retrotrae genialmente al oeste más... oeste. Imagino que "En le llamaban Trinidad" o cualquier otra peli de Bud Spencer y Terence Hill se pegarían de tortas por esta tonadilla, nunca mejor dicho.
Carouselambra es... diferente, moderna y energética, de lo mejor que ha hecho el grupo, aunque sea un tema de lo más alejado de su estilo.
Con I´m gonna crawl no solamente consiguieron por fin la excelencia, sino que llegaron al cénit.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale, pues allá voy. Efectivamente lo de los claroscuros es lo que define su producción. Olvidemos detalles extramusicales como que Page era un asaltacunas o detalles metamusicales como que la mitad de los temas de los tres primeros discos son ideas con nombre y apellidos fusiladas de blues americanos o de folk británico. Olvidemos que Plant se pone realmente muy pesadito cada vez que dice "baby, baby". Él mismo ha reconocido que era pesadito en aquellos años; que le diera por la onda "vikinga" o neopagana para llenar las letras hoy hasta resulta simpático. Olvidemos los ecos raros y ese horrible desequilibrio de algunas grabaciones (parece que Jones evite utilizar la mano izquierda una octava por debajo para dar más cuerpo a sus acordes). Hubieran salido ganando como quinteto, con dos personas para hacer lo que hacía el bueno de Jones solo o con Plant tocando algún teclado además de la armónica. Olvidemos que hay mucho relleno y temas sacados del congelador en "Physical graffiti" y "Presence": a partir del 73 se entregaron al escenario y el estudio les daba pereza.

Esta banda es "de precepto" aunque sólo sea por la solvencia del batera borrachín con sus archiconocidos tresillos y su facilidad para aterrizar de nuevo en el compás después de cada excursión rítmica por los cerros de Úbeda (por ejemplo en "Fool in the rain" que tanto debe al "Hot fun in the summertime" de Sly Stone). No es casualidad que uno de los truquis preferidos es la entrada apabullante de los tambores de Bonham tras uno o dos minutos de bucólicas guitarras o teclados extáticos.
Page usa mucho la técnica del collage al componer y el resultado en "IV" y "Houses of the holy" es verdaderamente hábil en la alternancia de texturas. Tanto los cortes del flujo en "Rain song", "The ocean" y "Achilles last stand", como la afinación modificada de la guitarra para tocar "Kashmir" sin sudar (para mí su cumbre) me parecen destellos de genio.
"Carouselambra" es un tema rarito en el catálogo del grupo: como en "Night flight", se percibe el denuedo del pobre Jones para tirar de sus tres desmotivados colegas.
"Good times bad times" sigue siendo uno de los más emocionantes comienzos de un disco y de una carrera.

Anónimo dijo...

Debería matizar lo de la pereza en relación a "Presence": no es tanto el trabajo de mezcla (con Page transformado en zombi insomne durante un par de días según la leyenda) como el de composición que es perezoso en ese álbum. Parece que Plant estaba en silla de ruedas recuperándose de un accidente.